Raúl Martín es Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. En 2012 comenzó a trabajar en Guatemala en varios proyectos hidroeléctricos. Dentro de los proyectos en los que participó, la central Hidroeléctrica Renace III fue uno de los retos más complejos a los que se enfrentó, participando en la dirección del mismo desde el comienzo y terminándolo satisfactoriamente. Posteriormente, trabajó como Director de Proyecto en una central hidroeléctrica situada en los Andes Peruanos.
El proyecto Renace III fue un contrato EPC para un cliente privado en Guatemala y consistió en el desarrollo e integración de las distintas ingenierías, la elección de la compra y transporte de los equipos tecnológicos al sitio, la construcción de los accesos y obras civiles, el montaje de todos los elementos y las pruebas de funcionamiento y Puesta en Marcha para la entrega final al cliente
Renace III está ubicado en el departamento de Alta Verapaz, a 45 Km de la población más importante de las Verapaces, Cobán la cual se sitúa a 196 Km de la capital de país, con un trayecto de una duración de entre 4 – 5 h.
Este área de montaña posee una altura media de 1.300 msnm y frondosa vegetación selvática, con reservas naturales prácticamente vírgenes como la Laguna Lachuá, Las Cuevas de Candelaria, el balneario de Semuc Champey o el Biotopo del Quetzal, una de las últimas áreas en las que aún se puede visualizar el quetzal en su habitad natural, ave Nacional del País y sagrada para varios pueblos indígenas, nombre que comparte con la moneda del País (Quetzal).
Los datos técnicos del proyecto se pueden resumir de la siguiente manera:
– Accesos: Unos de los puntos más conflictivos y peligrosos durante su ejecución, que consistían en la construcción de 5.020 m de accesos a la obra alguno de ellos con pendientes del mas del 18%,
– Azud y obra de toma: Una presa de pasada de hormigón armado de 19,5 m de altura y 50 m. de longitud. La obra de toma era de hormigón armado y secciones variables.
– Canal de aducción: 225 m de canal de hormigón armado de sección rectangular, por el que agua era conducida desde la obra de toma y la central Renace 2 hasta el túnel.
– Túnel de conducción: 4.750 m de túnel de 14,86 m² de sección circular y revestido de hormigón armado que desembocaba en la chimenea de equilibrio.
– Pozo, Chimenea y depósito de expansión: estaba formado por una chimenea de equilibrio de hormigón armado y sección en “pera”, depósito de expansión de hormigón armado y planta circular y 160 m de pique vertical de acero revestido de diámetro 4200 mm, conectando en su parte inferior con la tubería de acero.
– Tubería de acero: Instalación de 200 ml de tubería de acero con diámetro 3400 mm terminada en un trifurcador, el cual derivada en 3 ramales la tubería principal para abastecer cada una de las 3 turbinas.
– Casa de máquinas. Con una infraestructura de hormigón armado y una estructura metálica con puente grúa incluido que albergaba 3 unidades generadoras tipo Francis de 22.000 kW cada una.
– Subestación y Línea de trasmisión: Con una subestación elevadora de 13.8 / 230 kV. y una línea de transmisión de 230 kV de 5.000 m. de longitud.
En Renace III se propusieron una serie de mejoras en la ingeniería que lograron aumentar en más de un 5% la capacidad de la planta.
Los cambios principales para lograrlo se centraron en la modificación de las secciones y revestimiento del túnel y el pique vertical:
– Inicialmente el túnel se diseñó con una sección en herradura y el pique con una sección circular de hormigón armado.
– Finalmente el túnel se ejecutó con una sección circular y el pique se aumentó la sección y se ejecutó con acero revestido.
CIH conformó un equipo multidisciplinar para la gestión del proyecto y el control de todas sus etapas. Desde el proyecto y encabezados por el Director del proyecto (Raúl Martín), el delegado (Sergio del Cerro), los jefes de producción (Alfredo Escobar, Eduardo Vicente, Francesco Longo, Jose Díaz, Fabián Zapata, Raul Fernandez, Abraham Gonzalez, ) y encargados, el departamento de Calidad y MA (L. Miguel Frechilla y Gisselle Valle) , de Seguridad (Alberto Serrano y Ronald Catún), de Planificación y control de costes (Jesús Vera), el de Oficina Tecnica (Gerardo Bonilla), el de administración (R. Palacin, O. Serna y J. Pellicer), el de compras (M. E. Turcios y David Rojas), el de relaciones comunitarias (Manuel Gabriel y Armando Vásquez), el de control y gestión de contrato, el de maquinaria (Antonio Fresnillo y Javier Díaz). Todos juntos formaron un equipo de personas que oscilaron entre 40 y 60, dependiendo de la etapa.
Para el desarrollo de la ingeniería se contaron con varios estudios entre los que destacan Incisa, Fhecor, Intradel, Subterra y varios de los fabricantes de equipos, todos ellos coordinados desde la oficina técnica del proyecto y el departamento de ingeniería de la Filial.
Para la ejecución de los trabajos, Cobra ejecutó varios directamente (movimiento de tierras, fabricación de hormigones, ejecución de obras civiles, fabricación y montaje de tubería de acero, montaje de instalaciones y equipos eléctricos y líneas de trasmisión, entre otros) y otros fueron subcontratados a distintas empresas tanto internacionales como locales entre las que figuran Andritz (turbinas y generadores), Olano (Hidromacánicos), Saret (tubería de presión), OSSA (Tunel), Itsa (Obra civil), APS Andina(Obra civil), Rodio y Terrtest (Inyecciones y sostenimientos), Cintrex Y San Francisco (MT), Aceros Arquitectónicos (Estructuras metálicas) y una larga lista de empresas colaboradoras y proveedores.
Todos los trabajos fueron controlados bajo los estándares de seguridad del grupo con estrictas medidas de control de la Calidad, Seguridad y con el máximo respecto al MA.
El proyecto comenzó en febrero de 2014 con una duración inicial de 24 meses, todo un reto para un proyecto de estas características. Debido a varias modificaciones y distintos problemas, entre los que destacaron los geotécnicos y los sociales, el proyecto se prolongó 8 meses más, comenzando las pruebas de funcionamiento en sep-16 y poniendo la central en marcha en oct-17. Se logró la finalización y puesta en marcha de este proyecto en 32 meses.
Todos los trabajos en el campo que conllevan este tipo de proyectos entrañan riesgos, debido a las condiciones geográficas en las que se ubican (parajes recónditos y de difícil acceso, con áreas sin comunicación de ningún tipo, con pocas vías de accesos y de peligrosa circulación, etc). El área más peligrosa de ejecutar fue el pique vertical, chimenea de equilibrio y tanque de expansión. En estas áreas, todos los trabajos ejecutados se realizaban con el riego constante de trabajos en alturas (hasta 180 m de caída), realizando trabajos simultáneos de excavación, hormigonado, soldaduras y trabajos eléctricos, todo un reto.
Desde la concepción del proyecto hasta la ejecución final, tanto el MA como las comunidades y pobladores locales, han sido unas de las variables más importantes a tener en cuenta en la toma de decisiones.
De los 6 km que separan el grueso de las obras civiles entre la obra de toma y la casa de máquinas, el 95 % de las obras civiles son obras subterráneas, con lo que el impacto ambiental a largo plazo es mínimo. Además, durante la construcción, se monitorearon a diario todas y cada una de las áreas para cumplir en cada momento con las normativas internas y legales en materia con un estricto seguimiento del plan de monitoreo ambiental, controlando la gestiones correcta de los residuos, los tratamientos de las aguas usada para la construcción, la calidad del aire, la emisión de ruidos y respetando la flora y fauna del área. Finamente, se ejecutó un plan de recuperación ambiental de aquellas pequeñas áreas que habían sido afectadas, devolviendo al paisaje su aspecto anterior.
La central hidroeléctrica Renace III tuvo un gran impacto positivo para los habitantes, creando cientos de puestos de trabajo, formando al personal en oficios, mejorando las vías de acceso a sus comunidades, construyendo centros sociales y de ocio, áreas médicas, escuelas, mejorando las canalizaciones de agua y logrando la llegada del suministro eléctrico a muchos hogares.